Paternidad sin fronteras para despejar dudas.



3-2: Festival de Román ante el Zaragoza
25/09/06.Primera victoria de la temporada por parte del Villarreal ante un Real Zaragoza que vendió cara la pérdida de los tres puntos en juego. Una vez más, tuvo que ser Román Riquelme quien llevara a su equipo al triunfo y eso que los de Víctor Fernández se adelantaron en el marcador.
Lección del 'maestro'
La segunda mitad empezó con el cambio de Movilla por Diogo y lo cierto es que ahí brilló mucho más Riquelme. El astro argentino hizo lo que quiso y cuando quiso aunque quien igualó la situación fue el ex zaragozista Cani gracias a un disparo desde fuera del área en pleno despiste defensivo visitante.
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El Villarreal se desmelena al impulso de Riquleme
Allí donde anidaba el derrotismo, surgió Riquelme para despertar al Villarreal.
Ese fue el impulso del Villarreal, que se cosió a la bota de Riquelme y empezó a carburar como antaño.
La sinfonía amarilla ya perduró hasta el final. Riquelme anuló a toda la resistencia, mientras el Zaragoza se diluía sin remedio. El crack argentino convirtió el penalti del 3-1 -clara expulsión de Milito- y el Villarreal empezó a gustarse, a saborear el final del túnel.
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A la sombra de Román
En el enésimo ´clásico privado´ entre Riquelme y Aimar, el centrocampista amarillo completó una actuación magistral y acabó consolando al zaragocista.
En ese momento no había lugar a las concesiones y el 8 amarillo estaba más pendiente de atarse sus botas que de hacerle carantoñas a un Cai que empezó el partido ultramotivado y con ganas de desquitarse por su suplencia en el Mundial.
Esta impresión se confirmó cuando anotó el 0-1, que Aimar apenas celebró, consciente, quizás, de que Román no había dicho su última palabra. Estaba en lo cierto. En medio del caos del Villarreal, la figura de Riquelme tomó cuerpo. Cargó con la responsabilidad y levantó al cadáver que era en ese momento el Submarino.
En el segundo acto Aimar se diluyó, como todo el Zaragoza, y Riquelme fue el dueño del partido. Gambeteó, asistió, pegó, forzó un penalti que no se pitó y fabricó el que sí se cobró, que él mismo se encargó de anotar. Para entonces, D´ Alessandro, el escudero de Aimar, ya había entendido que éste era un partido para mayores, y el de Río Cuarto daba sus últimos coletazos. En esta ocasión, como casi siempre en los últimos años, le ganó la partida Román al Payaso y con el pitido final el jugador amarillo buscó a su compatriota del Zaragoza, le abrazó y pareció decirle "otra vez será, Pablito", quien no consoló al zaragocista que abandonó El Madrigal con cara de pocos amigos y sin querer hablar.
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Arrugó Pablito y Román le dio clase
Jugaban Villarreal y Zaragoza. Román por un lado, Aimar por el otro (acompañado por otro gallina que andaba por ahi). Todo transcurría como un gallina esperaría, hasta que Román demostró porque tiene que volver a la selección y le pego un paseo terrible a toda la gallinada.
En seguida vinieron a la cabeza de la mayoría, aquellos comentarios plumíferos que acusaban al ex Boca de “pecho frió”, “ir para atrás” o desaparecer” ya que todos esos calificativos bien le cabían en ese momento a su suplente durante el mundial.
Queda demostrado, donde se cruce un bostero con una gallina, la paternidad se hara presente, que no se discuta mas, las pruebas son contundentes.
Román: Te esperamos.
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